domingo, 20 de febrero de 2011

Carta de suicidio (Kurt Cobain)

  Hoy es el cumpleaños número 44 de Kurt Cobain: icono del rock de la década de los 90. Lo más interesante de este personaje es la manera en la que expresó su esquizofrenia a través de su música. Canciones como: "All apologies", "Heart shaped box" y "Something in the way"; son algunas de sus canciones en la que demuestra su manera de ver la vida, como si se tratara de que nos preste sus ojos por un momento. A continuación, les presento la carta suicida en la que, el susodicho músico expresa sus más recónditos sentimientos hacia la raza humana:


"Para Boddah: 




Hablando como el estúpido con gran experiencia que preferiría ser un charlatán infantil castrado. Esta nota debería de ser muy fácil de entender. Todo lo que me enseñaron en los cursos de punk-rock que he ido siguiendo a lo largo de estos años, desde mi primer contacto con la, digamos, ética de la independencia y la vinculación con mi entorno ha resultado cierto. Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiendola, ni siquiera haciendo Rock'n'Roll. Me siento increiblemente culpable. Por ejemplo, cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del publico, a mi no me afectan tal como afectaban a Freddy Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Lo cual admiro y envidio muchísimo. De hecho no los puedo engañar, a ninguno de ustedes. Simplemente no sería justo ni para nosotros ni para mí. Simular que me lo estoy pasando el 100% bien sería el peor crimen que me pudiese imaginar. A veces tengo la sensación de que tendría que fichar antes de subir al escenario. Lo he intentado todo para que eso no ocurriese. (Y sigo intentándolo, créme Señor, pero no es suficiente). Soy consciente de que yo, nosotros, hemos gustado a mucha gente. Debo ser uno de aquellos narcistas que sólo aprecian las cosas cuando ya han ocurrido. Soy demasiado sencillo. Necesito estar un poco anestesiado para recuperar el entusiasmo que tenía cuando era un niño. En estas tres últimas giras he apreciado mucho más a toda la gente que he conocido personalmente que son fans nuestros, pero a pesar de ello no puedo superar la fustración, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. Solo hay bien en mí, y pienso que simplemente amo demasiado a la gente. Tanto, que eso me hace sentir jodidamente triste. El típico piscis triste, sensible, insatisfecho, ¡Dios mio! ¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé! Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho a como había sido yo. Llena de amor y alegría, confía en todo el mundo porque para ella todo el mundo es bueno y cree que no le harán daño. Eso me asusta tanto que casi me inmoviliza. No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una rockera siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me he convertido yo. Lo tengo todo, todo. Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a la gente en general... Solo porque a la gente le resulta fácil relacionarse y ser comprensiva. ¡Comprensiva! Sólo porque amo y me compadezco demasiado de la gente. 
Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo por vuestras cartas y vuestro interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión. Y recordad que es mejor quemarse que apagarse lentamente. 

Paz, amor y comprensión. 

Kurt Cobain 

Frances y Courtney, estaré en vuestro altar. 

Por favor Courtney, sigue adelante, por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Los quiero. ¡Los quiero!"










Mi canción-cover favorita:



jueves, 3 de febrero de 2011

Solo porque lo sientas, no significa que esté ahí

  Positivo-dijo en voz muy baja, para ella misma, al mismo tiempo que miraba el test de embarazo en el baño. <<¿Qué voy a hacer ahora?>>. ¿En realidad había valido la pena, Amalia? Ni siquiera te gustó cuando Carlos te hizo el amor, más bien, te dolió y el hedor a cerveza que salía de su boca te provocaba nauseas. <<Tengo que llamarlo, tiene que saberlo>>.  Lo ibas a llamar, Amalia, porque te prometió el día que te propuso hacer el amor en una fiesta ( y le dijiste que se protegiera), que si te dejaba embarazada no te abandonaría como los demás hijos de puta. Cogió el teléfono celular, marcó el número; empezó a timbrar.

¿Qué fácil no, Carlitos?. Tenías dos cuentas de Facebook: una donde ponías que estabas en una relación como todo niño bueno y en la otra te mostrabas como soltero. Esta era la tercera chica con la que te acostabas y conocías a través de Facebook.  La desvestías al mismo tiempo que la besabas con pasión, la besabas por todo el cuerpo y sentías su piel y su olor, mientras ella te quitaba el polo. En ese momento tu celular empezó a sonar sin parar.
- ¿No piensas contestar?- Le preguntó
-No, no me importa
Ella recogió el celular que vibraba inquietamente en el velador junto a la cama.
-Una tal Amalia te está llamando.
-Es mi hermana, seguro me llama por tonterías.
-Mejor contéstale, ya es la tercera vez que te llama.
-Está bien, está bien. Dame eso.
-¡Aló!-Contestó enojado.
-Hola, Carlos, perdona si te interrumpo en clase;pero ha pasado algo.
-Sí, en verdad estoy bastante ocupado. ¿Qué es tan importante?
-Es mejor que nos veamos, Carlos.
-¿Ahora?
-Sí, es muy importante.
-Pero estoy en medio de algo muy importante.
-Te aseguro que lo que te voy a decir es más importante. Te espero en mi casa en media hora.
Te despediste sin despedir ni afirmar, y dirigiéndote a tu amante, dijiste:
-Tengo que irme.
-¿Qué pasó?
-Problemas familiares
-Pero, no importa, luego vas.
-Vístete antes de que tu papá nos vea.

Estabas ansiosa, Amalia.<<¿Cómo lo va a tomar cuando se lo diga?>> . Él prometió estar a mi lado pase lo que pase porque me ama: me lo dijo. Me ama, me protege y sé que no me abandonará. Suena el timbre.
-Hola, Carlos- Lo saludaste con temor.
Él, con una cara casi iracunda te dijo:
-¿Qué pasó?,¿Qué es tan urgente?
-Carlos, yo-pausaste unos segundos porque te morías de miedo- estoy en cinta.
-¡¿Qué?! ¿Cómo estás tan segura de eso?-dijo gritando.
-Tengo una semana de retraso y hoy me hecho el test de embarazo.
-Tonterías,¡No puedes tener un hijo!, ¡No!, ¡No puede ser mío!, ¡Tienes que abortar!-Gritó iracundo.
-¡¿Estás demente?! ¡Arriesgaría mi vida!.
-Si tienes un hijo, arruinarás mi vida.
-Lo criaremos entre los dos, como me lo prometiste. Porque nos amamos.
-¡Huevadas!, yo no pienso criar a ningún hijo. ¡Ya verás tú lo que haces con él, no me importa!
Te pusiste a llorar desesperadamente, Amalita.
-¡¿Cómo puedes decir eso?, dijiste que me amabas!.
-Ya me voy, tengo que irme. No sé adónde pero desapareceré.
Lo agarraste del brazo, aferrándote a él, sollozando, con todas tus fuerzas para que no te deje. Lo amabas, Amalia, era el hombre de tu vida.
-¡Suéltame!, ¡Suéltame ahora!- dijo soltando su brazo de el tuyo con fuerza- tú y yo ya no somos nada, Amalia. ¡Adios!

Y así pasaron cuatro meses. Tu madre no quiso darte apoyo, y te botó de la casa porque no resistía la verguenza que podría recibir de parte de los demás. ¿Adónde irías?¿Qué será de tu vida? ¿Podrás sobrevivir sola en este mundo tan cruel?. Estabas sola en el mundo con tu futuro primogénito en el vientre a quien llamarás Orhan. Al poco tiempo, te llamó Carlos con un voz tétrica y te contó que estaba muy lejos y que padecía de una enfermedad terminal. ¿Pobrecito no, Amalia? ¿Se lo merecía ese desgraciado?. Bueno, se va a morir dentro de poco....te daba pena después de todo, Amalia. Tú también merecías todo eso. ¿Ya lo olvidaste? ¿Ya olvidaste cómo te burlabas de tu prima que quedó preñada a la corta edad de 17 años al igual que tú? ¿Ya olvidaste que incluso la llamaste "puta"?. Te pusiste a llorar, Amalita, sola en ese lugar donde aceptaban un número limitado de personas sin techo al día.

Tu hijo, Orhan, nació en una maternidad donde había miles de madres solteras como tú. Lo tenías entre tus brazos, dormido. Era igual a su, probablemente difunto, padre. Una chica con la que te habías hecho amiga en la maternidad te había ofrecido un trabajo como ama de casa y le agradeciste mil veces porque, además, podías vivir en ese lugar con Orhan.

Te despidieron después de tres años, porque la familia se fue a la quiebra. Estuviste en la calle una vez más Amalia con tu hijo Orhan, que era un niño que empezaba a sentir al mundo y a la vil gente que habitaba en él. Era de noche en esa calle de la ciudad, llovía y, como todas las noches, te gustaba abrazarte y llorar con él en ese colchón que no se alejaba de ser un escombro.
-No llores mami, que se te va a partir el corazón.- Te dijo con voz quebrada
-¿Cuál es tu mayor deseo, hijo?
-Tener un hermanito con quien jugar.
-¿Y no quisieras un padre?
-No,mami, porque cuando yo crezca me casaré contigo.