lunes, 25 de octubre de 2010

¿Eres de verdad?

         Y ahí estaba yo, en un playa de la costa verde, sentado sobre las piedras y tocando con mi guitarra acordes que iban con el anaranjado atardecer y el inmenso mar. Hasta que una voz-que se me hizo familiar-, suave y melodiosa me dijo:
-Tocas muy bien.
Nunca me consideré tan bueno a lo que le respondí:
-Cualquiera puede tocar guitarra.
-Sí, pero muy pocos son buenos.- Me dijo terminando con una risa corta y casi desapercibida.
-Gracias...supongo.
-Me gusta venir de vez en cuando a la playa para contemplar la puesta del sol y olvidarme por unos minutos de todos mis problemas.-Pronunció estas palabras mientras miraba el mar y yo ya había dejado de tocar guitarra. Se había sentado a mi lado.
-A mi también, suelo venir con mi guitarra en el atardecer; a veces la gente se apiada y me tira monedas, pensando que para eso vine.
-Jajajaja, es la incredulidad de la gente; por eso, no los culpo.
-Bueno, con tal que tenga tranquilidad en este lugar, soy feliz.
-Hay veces en los que uno desea vivir en un lugar sin problemas, sin deudas que pagar, sin estresarse demasiado, y vivir con el amor de tu vida que prometió serte fiel y sincera hasta que la muerte los separe.
-Suena como un sueño lo que dices.
-Sí que lo es, pero por algo Dios nos trajo al mundo, él sabe muy bien por qué nos toca vivir esta vida y la razón por la cual estamos en el mundo.
No la había mirado a la cara hasta que terminó de hablar y pude darme cuenta de cómo lucia.Vestía unos jeans rasgados, un polera azul sin estampado y unas zapatillas de marca converse negras que decían,con marca de un plumón: "I am bored", y además llevaba un bolso.
El sol ya se había ido y decidimos caminar, ella hablaba la mayor parte del tiempo:
-La gente puede ser dura con uno, pero siempre hay una razón por la cual el destino te topó con aquella, no hay que sentirse enfadado con alguien todo el tiempo; la vida tienes que vivirla sin amargura, sonriendo siempre.

Su cabello bailaba gracias al viento mientras caminábamos y ya no me importaba lo que decía hasta que vi lo preciosa que era, caminábamos y no nos importaba nada ni nadie. Llegamos a un parque solitario, ella miró hacia el jardín y cogió una flor que me explicó que ya casi no había de esas, que era hermosa y que además era su favorita, y me la regaló; luego nos sentamos, pero ya no teníamos mucho de qué hablar.Ante el silencio, acaricié su rostro con mi mano derecha, y ella cerraba sus ojos apoyando su cabeza en mi hombro; estaba queriéndola cada segundo y nuestros labios,finalmente, se juntaron y nos besamos. Cuando terminamos, dije:
-Hemos llegado hasta aquí, y no sé cuál es tu nombre.
Ella se limitó a sonreír, cambió de voz por completo y dijo:
-No lo puedo creer, se está despertando.
Yo no podía estar más confundido y dije:
-¿Disculpa?-y empezaba a ver un techo gris también.
-¡Doctor!,¡llamen al doctor!, se está despertando.

Y de pronto, estaba hechado en la camilla de un hospital, con gente que no había visto nunca, una señora me miraba con un amor y felicidad increíble, otro señor con bigote la abrazaba mientras me miraba, gente con bata blanca. Yo estaba completamente cojudo porque no sabía dónde estaba y quienes eran esas personas, sólo quería ver a esa chica, esa chica perfecta. ¿Dónde estaba?

-¿Qué ha pasado?, ¿Dónde estoy?- Dije desesperado.
-Estuviste una semana en coma hijo, y te recuperaste gracias a Dios.
-¿Hijo?,¿quién es usted, señora?- le dije desconcertado.
La señora cambió su cara de alegría y puso una cara muy entristecedora y en menos de un segundo se le llenaron los ojos de lágrimas.
-No puedo ser, no me reconoce, no me reconoce mi propio hijo-, dijo llorando.
Mientras que el doctor le explicaba algo acerca de la pérdida de memoría a la señora que lloraba-que ahora me estaba empezando a dar lástima-, el señor bigotudo me dijo:
-Hijo, hijo: soy yo tu papá-, mientras me sacudía de los hombros; y yo seguía sin entender.

Luego que me soltaran, me trajeron ropa nueva, me llevaron hacía un vestidor y cuando me saqué la bata y quedé completamente desnudo, vi en el piso esa flor que me había regalado aquella chica perfecta: estaba ahí tirada triste y sola, pero siempre colorida y hermosa. Ahora lo sabía: que era real, que esa chica existe y le di gracias a Dios por eso.......



                                                                                                                                    

  (Continuará....)

2 comentarios:

  1. Bravo , lo poco que leo y no es IT es lo que escribes, tiene que continuar, tienes que continuar, tienes que continuar tu destino

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  2. Me gusto como derrepente la historía cambia de rumbo y pasa de ser algo meramente erótico y romántico a una tragedia. Excelente, sigue así

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