miércoles, 6 de octubre de 2010

Placer Extravagante


      Levaba días sin dormir y le ardían los ojos, estaba harto de ese horrible insomnio a causa de los sueños apocalípticos que tenía.Se miraba al espejo y podía notarse tan cansado e infeliz, prendió un cigarrillo y lo fumó como si fuera el último sentado en su cama. Salió hacía la ventana de su habitación y pudo observar la ciudad depresiva y gris, al fin a cabo, lo que ganaba como limosnero no le permitía vivir en un mejor lugar. Siempre recordaba la voz de su madre en las mañanas despertándolo para ir a la escuela, la música que le fascinaba escuchar como las sinfonías tan excitantes de Ludwing Van Beethoven, la voz áspera de Kurt Cobain y la sutileza de Tom Yorke en sus letras; pero lo que más extrañaba era la voz de su novia cuando vivía con ella y la veía plantar flores en el jardín y les hablaba como si se trataran de sus propias hijas que nunca tubo.


Salió de su habitación, ya cambiado, y se dirigió a su pequeña cocina; pero no tenía nada qué comer. Enfadado por su desgracia cogió su violín que estaba al costado de su puerta de entrada y salió hacia la calle a ganarse el pan. Siempre, mientras que caminaba tenía una canción sonando en su cabeza, pues era lo único que podía escuchar gracias a su memoria. Se paró en la esquina sucia y llena de orines en la que solía pararse, abrió su pequeña caja y la colocó en el piso, a continuación empezó a tocar el violín, lo tocaba mas no lo escuchaba. Veía que la gente arrojaba monedas e incluso una que otros billetes. Esto era lo que hacía todos los días de su vida, hasta que lograba  recaudar una buena cantidad que sólo le alcanzaba para pagar la renta de muy pequeño apartamento,un poco de comida y una cajetilla de cigarrillos.           


Se sentía miserable, de no poder escuchar nada mas que sus propios pensamientos, de escuchar esa horrible noticia del médico diciéndole que dentro de poco iba a perder la audición por completo, que nada podía salvarlo: ningún tipo de operación, de su madre llorando ante tal noticia. Su madre murió al poco tiempo que el perdió el sentido auditivo y su novia murió en un accidente de auto. Estaba solo, solo en este vacío y sucio mundo, miraba a las demás personas en su vida tan feliz y cotidiana, llena de amor y de sonidos. No entendía por qué Dios lo había traído al mundo: solo para tener una vida tan miserable y silenciosa. Estaba harto de su injusticia, ya no quería vivir más, pero encontraba el suicidio algo muy cobarde y sin sentido. Maldecía así, haber nacido; todos los días de su vida. Se preguntaba: ¿Qué me puede hacer feliz?


Su suerte iba empeorando, cierto día mientras que tocaba el violín; una sarta de vándalos robó su caja donde guardaba el violín, estaba llena de monedas y billetes. El los trató de alcanzar pero la vejez, junto con el cansancio le venció. Llegó a su apartamento y lloró, lloró de cólera y de rabia, se sentía una persona inservible, que sobraba en el mundo, odiaba con toda su alma ser sordo:entonces decidió cortarse la oreja derecha; cogió el cuchillo de su cocina y con un rápido y fuerte corte, se la quitó. Dio un grito muy doloroso, que no podía escuchar, pero si sus vecinos; que, ante reverendo susto, llamaron a la ambulancia. Él estaba desmayado por el dolor en el piso, se lo llevaron y cuando despertó en la camilla del hospital se sentía más feliz que nunca, había amado el dolor que había sentido en ese momento y ya quería salir de ese lugar para seguir gozando de dolor. El mismo día le dieron de alta y se dirigió a su casa a hacer exactamente lo mismo, pero con su otra oreja, gozaba ese dolor como nunca, sentía un placer increíble como cuando hacía el amor con su novia. Lo llevaron de nuevo al hospital, y después de curarlo se dieron cuenta que, obviamente, sufría de un tipo de esquizofrenia que normalmente las personas con elevada depresión sufrían. 

Luego que le dieran de alta otra vez, fue llevado hacía un manicomio, donde fue internado y tratado como una de las personas más delicadas del centro. Ahora estaba atado desde los pies hasta los hombros y no podía hacer nada: de nuevo su vida volvió a hacer miserable y lloró, pero de pena esta vez. No había ahora sí nada que lo haga feliz, ni siquiera su muy querido violín que jamás volvió a ver ni a tocar, ni fumar sus deliciosos cigarrillos.

1 comentario:

  1. Lo mismo, hermano.
    Estar encerrado con tu propia conciencia, y too en la vida te da vueltas.
    Quieres dar vueltas con ellas
    Pero cagao tienes que romper
    las argollas q quieren aturdar
    y romper
    La ezquizooo es naturi
    de too
    la vive toos
    y esta con
    sabes como llegar
    ......... el amor
    es locura
    es fuera de sitio
    es esquizofrenia
    estas loco
    y nadie, nadie
    gana
    solo tú
    DTB

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